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Incluso cuando la administración de Donald Trump supervisa una crisis constitucional, todavía tiene tiempo para atacar a las personas transgénero. Durante una reunión del 14 de abril entre Trump y el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, que aparentemente se trataba de la controvertida deportación y el pacto de detención de los dos líderes, Trump trajo abruptamente su chivo expiatorio favorito: las mujeres trans en deportes.
“¿Permites que los hombres jueguen en deportes femeninos?” Trump le preguntó a Bukele, por El defensorrefiriéndose burlonamente a las mujeres trans como hombres. “¿Permites que los hombres boxearan a tus mujeres? Porque sé que tienes muchos boxeadores”.
“Eso es violencia”, respondió Bukele.
Trump continuó afirmando sin fundamento que “ahora (en las competiciones de levantamiento de pesas) tienen un chico que aparece, ping, todo es una locura”. Sin embargo, admitió que prefiere salvar la discusión de la comunidad trans para la influencia política, una estrategia que anteriormente instruyó a los republicanos a usar en las próximas elecciones, como los trabajos intermedios de 2026.
“No me gusta hablar de eso porque quiero guardarlo justo antes de las próximas elecciones”, agregó Trump.
Dejando de lado la alusión de Trump para usar las personas trans como una cuña durante las elecciones de mitad de período o, quizás aún más escalofriante, desafiando el límite constitucional de dos períodos puestos en los presidentes estadounidenses, su admisión de la temporada electoral solo lleva a casa el hecho de que demonizar a los atletas trans es una estratagema política para entusiasmar y unificar su base.
Igualmente preocupante es el comentario del 14 de abril de Trump que está “todo para” deportar “ciudadanos estadounidenses, estadounidenses completamente naturalizados” a El Salvador. La medida seguiría la decisión de la administración Trump el mes pasado de deportar cientos de inmigrantes venezolanos a un megaprison de El Salvadoran sin audiencias judiciales invocando la Ley de Enemigos Alien, incluido el solicitante de asilo gay de 31 años, Andry Hernandez Romero. La administración ignoró el fallo unánime de 9-0 de la Corte Suprema de que debe intentar liberar a Kilmar Abrego García, residente de Maryland, deportado ilegalmente, de la prisión de El Salvador.
Justo antes de entrar en la Oficina Oval, Trump fue según se informa Atrapado en un micrófono caliente que le comenta a Bukele que “tienes que construir alrededor de cinco prisiones más” para “Home Growns”, también conocido como ciudadanos estadounidenses.
Hasta ahora, Trump está cumpliendo sus promesas de campaña de apuntar a personas trans e inmigrantes, los dos grupos que prometió a chivo expiatorio en su segundo mandato presidencial. Esta vez, finalmente descubrió cómo colocarlos a ambos en la misma conversación.
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