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Una prueba para el mundo árabe

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La sala de reuniones de la Liga Árabe en El Cairo. (Alyssa Bernstein/Flickr/CC BY-NC 2.0)

Los ojos del mundo árabe se encuentran en la próxima cumbre de emergencia de la Liga Árabe, programada para el 27 de febrero de 2025, en El Cairo. Esta reunión se considera un hito significativo en la configuración de la postura del mundo árabe sobre el tema palestino.

Para los palestinos, así como a Egipto y Jordania, la cumbre representa una oportunidad crucial para contrarrestar lo que perciben como políticas estadounidenses e israelíes destinadas a desmantelar la causa palestina e imponer soluciones unilaterales.

Según estas naciones, los países árabes ahora enfrentan una prueba seria de su unidad al confrontar estos desafíos.

La preocupación más apremiante es el plan del presidente Donald Trump para reubicar a los palestinos de la Franja de Gaza a otras naciones regionales, un movimiento visto como una amenaza directa para la seguridad nacional árabe.

Se espera que la cumbre de emergencia sea un momento fundamental en la respuesta del mundo árabe a los crecientes desafíos regionales, especialmente el apoyo no reservado de la administración de EE. UU. A Israel y los esfuerzos para establecer nuevas realidades en el terreno, que reclaman los derechos palestinos socavos.

Una oportunidad estratégica de presión

Los altos funcionarios de seguridad anticipan que los palestinos, Egipto y Jordania buscarán usar la cumbre como palanca para presionar a la comunidad internacional para que se opongan al plan de emigración de Trump. Su objetivo es empujar a los actores globales más allá de las condenas verbales hacia acciones concretas.

Los funcionarios de la Autoridad Palestina (PA) insisten en que la cumbre debe enviar un mensaje claro e inequívoco a Washington y Jerusalén: cualquier solución unilateral que infringe los derechos palestinos o amenaza la seguridad nacional de Egipto y Jordania será rechazada firmemente.

Los palestinos interpretan el plan de emigración de Trump como un intento de Israel de capitalizar el apoyo inquebrantable mientras cambian el problema de refugiados palestinos a los estados vecinos.

Un oficial superior de la AP advierte que el mundo árabe ahora está en una encrucijada: debe elegir entre pasividad continua o acción decisiva para obligar a las grandes potencias a reconsiderar sus políticas.

Medidas propuestas para la discusión en la cumbre de El Cairo

Los altos funcionarios palestinos han presentado varias propuestas para la cumbre:

  1. Desafiando los intereses estadounidenses: Consideración de las medidas para reducir la influencia estadounidense en la región, incluidas las posibles restricciones en las bases militares estadounidenses, si Washington continúa apoyando las políticas israelíes.
  2. Reevaluando la solución de dos estados: Un posible rechazo de la solución de dos estados y la iniciativa de paz árabe en caso de que Trump continúe promoviendo el plan de reubicación de Gaza.
  3. Fortalecimiento de los lazos con poderes globales alternativos: Profundizar las relaciones diplomáticas y económicas con China, Brasil, Rusia e India, naciones que se oponen al dominio de los Estados Unidos y apoyan los derechos palestinos.
  4. Reconciliación palestina: Alentando la reconciliación entre Fatah y Hamas, con énfasis en integrar a Hamas en la Organización de Liberación de Palestina (PLO) y poner fin a su control exclusivo sobre Gaza. Tal movimiento podría abordar las preocupaciones occidentales que han retrasado los esfuerzos de ayuda y rehabilitación, al tiempo que presentan a los palestinos como una entidad política unida que busca una resolución integral.

Un momento decisivo para la diplomacia árabe

Los altos funcionarios de la Autoridad Autil, argumentan que la cumbre de El Cairo es una prueba histórica para la voluntad del mundo árabe de proteger a los palestinos de las presiones de nosotros e israelíes. Si la conferencia no evita que Trump implemente su plan de reubicación, señalaría un precedente peligroso para la efectividad de la Liga Árabe.

Hacen hincapié en que esta cumbre no puede ser meramente simbólica: debe dar lugar a cambios tangibles en la dinámica de poder regional e internacional. Ya sea a través del apalancamiento económico, las alianzas estratégicas o el apoyo directo para los palestinos, son necesarias acciones decisivas para garantizar que la causa palestina no esté al margen.

El éxito de la cumbre no se medirá solo por la retórica, sino por la implementación de medidas concretas que envían un mensaje claro a los Estados Unidos e Israel: el tema palestino no puede ser borrado, y una resolución justa debe basarse en la justicia política, no Soluciones impuestas.

¿Una perspectiva pesimista?

A pesar de la importancia de la cumbre, el pesimismo se cierne sobre el mundo árabe.

Muchas naciones árabes muestran poca inclinación a desafiar las políticas de Trump, y existe una frustración generalizada con el gobierno de Hamas en Gaza.

El 10 de febrero, el secretario general de la Liga General de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheeit, declaró en una entrevista con Al-Arabiya: “Hamas debería renunciar al poder si los intereses palestinos lo exigen, especialmente dada la crisis de profundización en la región”.

Dos días después, el destacado periodista saudita Tarek Hamid se hizo eco de este sentimiento en un artículo para Asharq al-AWSATargumentando que los intereses palestinos requieren la partida de Hamas e instando a la autoridad palestina a prestar atención a la postura de Gheits.

Las fuentes de PA temen que si la cumbre árabe falla, Trump puede sentirse envalentonada para acelerar su plan para reubicar a los palestinos de Gaza. La próxima cumbre, por lo tanto, no es solo otra reunión diplomática, es una prueba definitoria para el papel del mundo árabe en la configuración del futuro de los palestinos.

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