La canción popular japonesa “Sakura” celebra la belleza transitoria de la flor de cerezo, considerada popularmente como la flor nacional del país.
Pero para filipinos como Fernando Vásquez-Prada, que se vieron obligados a aprender la melodía de las fuerzas de ocupación japonesa en la Segunda Guerra Mundial, la canción desencadena recuerdos de terror.
“Cuando ves que tu madre y su padre son asesinados frente a tus ojos, esto es algo de lo que no te cuentan”, Narra Vásquez-Prada, ahora de 86 años en el documental Hijos de la guerraque se estrenó el 23 de febrero en el restaurado Teatro Metropolitano de Manila antes de la guerra.
La película comienza con uno de los siete hijos sobrevivientes que cantan “Sakura” fuera de clave y olvidan la letra, antes de que la melodía se mueva en escenas reales de la batalla de Manila, con humo que ondulando de los edificios ardientes y cubriendo el cielo, como la niebla que envuelve a Tokio's sakura Blossoms a principios de la primavera.
Vásquez-Prada se encuentra entre los que han salido a hablar extensamente sobre sus horribles experiencias en los días finales de la guerra, cuando el almirante trasero Sanji Iwabuchi de la Armada imperial japonesa desafió las órdenes de abandonar Manila y, en su lugar, les dijo a sus hombres que participaran en una Orggia de Violación y Mayhem, al menos 100,000 civiles durante los 28 días de su SIEGE DE FUBER 3 TAR 3, 195, 195, 195.
Este primer documental producido localmente, contado a través de los ojos de los sobrevivientes, viene cuando Manila se prepara para el regreso de los soldados japoneses a tierra filipina bajo el acuerdo de acceso recíproco de Japón-Filipinas, pero esta vez como aliados militares.








