Los zapatos, inspirados en las obstrucciones tradicionales de fábrica danesa, llevan un toque inesperado, escasos que evocan la curva de un pez, un guiño tanto a la industria pesquera de la isla como a algo más esquivo, casi de otro mundo. “Alien-esque, pero también fuertemente femenino”, los describe.
Habiendo dejado su isla hace más de una década, Arnika ha construido una vida en Berlín, donde encuentra impulso tanto comunitario como creativo. El apoyo del Senado le ha permitido crear espectáculos en sus propios términos, enfatizando la importancia del tiempo, la confianza y la colaboración. “Sé que la Semana de la Moda siempre se está ejecutando, pero queremos demostrar que valoramos el tiempo que la gente toma aquí”.
Desde colecciones tempranas hasta diseños usados por Charlie XCX y Kylie Jenner, su trabajo continúa ganando terreno, pero en esencia, sigue siendo personal, arraigado en las historias que primero la formaron.