Evade House rechaza la idea de que la tecnología y la artesanía existen en oposición. En cambio, su trabajo trata la IA como un espacio de resistencia, donde los materiales se comportan de manera impredecible, donde la intuición humana se afila en lugar de desvanecerse, y donde la sostenibilidad va más allá del lenguaje de marketing en algo dinámico y vivo.
Su enfoque para los biomateriales desafía la necesidad de permanencia, adoptando la descomposición, la transformación y la capacidad de respuesta. En este paisaje cambiante, el diseño ya no se trata de control sino de adaptación, anticipación y comprensión de que las innovaciones más radicales radican en cómo pensamos, no solo en lo que hacemos.

Ha integrado la IA en su proceso de diseño, capacitándolo con texturas y materiales de la investigación biomaterial. ¿Cómo evolucionó este diálogo entre tecnología y artesanía?
No veo tecnología y artesanía como fuerzas opuestas, sino como una simbiosis en evolución. Nuestro enfoque para la IA no se trata de reemplazar al humano, sino expandir sus posibilidades, atraerlo con texturas y materiales enraizados en la investigación biomaterial nos permite superar los límites de lo que la tela y la forma pueden convertirse. No se trata solo de la estética; Se trata de desafiar los procesos tradicionales, cuestionar cómo se comportan los materiales y repensar lo que se considera portátil.
Este diálogo comenzó como un experimento, una forma de probar los límites tanto del aprendizaje automático como de la artesanía manual. Pero mientras entrenamos a la IA con nuestros materiales, algunos de ellos hechos a mano, otros emergiendo de procesos experimentales, quedó claro que esto no era solo una herramienta, era un colaborador. La IA podría generar iteraciones inesperadas, pero fue la intuición humana la que las filtró y refinaron.
Lo que más nos emociona es cómo esta interacción entre la IA y la artesanía no es lineal.
Es fluido, constantemente cambiando. La forma en que lo vemos, la IA no es solo un medio para un fin, es un espacio de resistencia, donde negociamos entre control y caos, precisión e imperfección. Y en ese espacio, encontramos nuevas formas de belleza.

Reemplazar los plásticos convencionales con alternativas inspiradas en biomateriales es un cambio significativo. ¿Qué descubrimientos en la investigación material fueron más sorprendentes o impactantes para usted?
Una de las realizaciones más llamativas fue cómo pueden ser los materiales vivos. Cuando te alejas de los sintéticos industriales y te involucras con la investigación biomaterial, deja de ver los materiales como estáticos. Respiran, reaccionan, evolucionan. Lo que más me fascinó fue su imprevisibilidad: cómo algunos materiales podrían cambiar con la temperatura, absorber la humedad o incluso desarrollar texturas con el tiempo. En lugar de forzar el control, adopté este comportamiento orgánico, permitiendo que el material dicte parte del proceso de diseño.
Otro avance fue comprender que la sostenibilidad no se trata solo de sustitución, se trata de redefinir el valor. Los plásticos convencionales existen porque son baratos, duraderos y predecibles. Los biomateriales interrumpen esa mentalidad. Exigen una nueva relación entre el objeto y el usuario: una que sea más dinámica, más consciente. Descubrimos que los materiales inspirados por la naturaleza podrían tener una cualidad efímera, haciendo que la permanencia se sienta casi irrelevante. Ese fue un cambio en la perspectiva, no todo tiene que durar para siempre para ser significativo.
En última instancia, la parte más impactante de esta investigación no fue solo los materiales en sí mismos, sino cómo nos obligaron a repensar el papel de la moda. Si los materiales están evolucionando, entonces el diseño también debe evolucionar. Ahí es donde el verdadero desafío, y la oportunidad, se reúnen.


¿Qué tipo de conversación espera que estas gafas se designen sobre la sostenibilidad y la innovación tecnológica?
No queremos que estas gafas solo hablar sobre sostenibilidad y tecnología: queremos que desafíen la forma en que las personas percibir a ellos. La sostenibilidad a menudo se reduce a una casilla de verificación, una etiqueta o un ángulo de marketing. Pero para nosotros, se trata de cambiar la relación entre materiales, tecnología y el cuerpo.
Estas gafas son una declaración sobre cómo la innovación no se trata solo de eficiencia o estética, se trata de la conciencia. Existen en ese espacio donde la artesanía y la IA coexisten, donde se reinventan los materiales, donde el proceso importa tanto como el resultado. Queremos que las personas cuestionen lo que llevan, no solo en términos de materiales sino en términos de tiempo. ¿Estamos diseñando para el presente o estamos anticipando el futuro? ¿Estamos haciendo cosas que se necesitan realmente, o simplemente estamos alimentando un ciclo interminable de consumo?
Si estas gafas provocan alguna conversación, esperamos que se trata de reconsiderar la naturaleza misma de la moda, alejándose de la idea de los objetos como posesiones estáticas y hacia un futuro donde el diseño es fluido, adaptativo y profundamente intencional.

Has hablado sobre la creación de una nueva visión social a través del diseño. ¿Qué papel crees que juegan los accesorios y las gafas específicamente en la configuración de la edad contemporánea cultural en la que vivimos?
Las gafas son más que un accesorio: es una lente a través de la cual filtramos la realidad, tanto literal como conceptualmente. En un momento en que la percepción se forma constantemente, distorsionada y reconstruida, a través de las pantallas, la IA y las identidades digitales, las gafas se convierten en una interfaz entre el yo y el mundo. Son objetos de poder, anonimato, transformación.
Lo que me fascina es cómo los accesorios y las gafas en particular funcionan en la intersección de la identidad y la función. A diferencia de la ropa, existen más cerca de la cara, alterando cómo somos percibidos y cómo percibimos. Pueden oscurecer o revelar, pueden ser un escudo o un amplificador. En ese sentido, se convierten en herramientas para dar forma no solo a la expresión personal, sino también a las narrativas sociales.
En este momento, vivimos en una era en la que todo es hiper-visible pero profundamente fragmentado. Estas gafas no se tratan solo de estética o utilidad; Se tratan de cuestionar lo que vemos y cómo lo vemos. Invitan una reconsideración de la percepción misma: cómo los materiales, la tecnología y la artesanía pueden interactuar para dar forma a un nuevo lenguaje cultural. Si la moda se trata de proponer realidades alternativas, entonces los accesorios son la forma más inmediata de comprometerse con ellas.


Su trabajo sugiere un futuro donde coexisten la artesanía humana, la IA y la naturaleza. ¿Cómo ves que esta relación evoluciona en los próximos años?
Veo un futuro donde el diseño ya no está dictado por categorías rígidas, sino que opera en un estado constante de flujo, donde los materiales, la tecnología y la intuición humana forman un sistema simbiótico.
En este momento, la IA a menudo se ve como una herramienta, algo para optimizar, generar o replicar. Pero, ¿qué sucede cuando dejamos de usarlo como instrumento y comenzamos a tratarlo como un ecosistema? ¿Uno que aprende de la naturaleza, interactúa con materiales y evoluciona junto con la creatividad humana? Ese es el espacio que nos interesa. Un futuro donde la IA no solo imita sino muta, donde la artesanía no se trata de nostalgia sino de adaptación, y donde la naturaleza no es algo de lo que extraer sino algo con lo que colaborar.
Nos estamos moviendo hacia una mentalidad postindustrial: una donde los desechos son inaceptables, se cuestiona la permanencia y los objetos están diseñados para existir en ciclos en lugar de una vida útil lineal. El verdadero desafío ya no es solo hacer las cosas de manera diferente; está pensando de manera diferente. Y en ese cambio, vemos el potencial más radical para la moda.


Más allá de las gafas, ¿ves estos principios de diseño que se extienden a otras áreas? ¿Dónde te gustaría llevar a la casa de evasiones a continuación?
Evade House nunca se trataba de ropa, y ahora no se trata solo de gafas. Se trata de construir un idioma, uno que habla a través de materiales, forma y proceso. Los principios que exploramos en esta colección, la artesanía hidridante y la IA, que trabajan con materiales que desafían la permanencia, el diseño para un futuro que aún no está definido, no están confinados a la moda. Son una forma de pensar.
Donde tomamos la casa de evasiones a continuación no se trata de expansión en un sentido tradicional; Se trata de profundizar este diálogo. Podría manifestarse en arquitectura, objetos, entornos digitales o incluso sistemas que redefinen cómo interactuamos con el diseño mismo. Estamos interesados en empujar los bordes de la portabilidad: ¿qué significa 'usar' algo cuando los materiales están cambiando, cuando la tecnología está integrada, cuando el cuerpo ya no es el único punto de referencia?
El futuro de Evade House no es una línea recta, es un campo abierto. Y así es exactamente como queremos que sea.


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