“Nunca he sido alguien para dibujar en todas partes”, dice la ilustradora Laura Coutinho. Sus dibujos suaves y soleados de escenas al aire libre se sienten inmersivas, pero de hecho están informados por fotografías y solo más tarde se convirtieron en impresiones. Este banco de imágenes, de los “innumerables detalles que encuentro”, es un punto de referencia para todos los pequeños detalles que componen las escenas en capas de Laura: “Flores, luces y colores, las formas de montañas y árboles, manos de personas y posturas”.
Fuera de esta rica biblioteca de fotos, poesía, ficción y materiales de archivo, como viejas películas caseras, sirven como puntos de partida. “Algo sobre su atmósfera siempre me atrae”, comparte. No es de extrañar, entonces, sus ilustraciones se sienten como recuerdos cálidos que nos rodean, ya sean nuestros propios o no. Una sensibilidad nostálgica al detalle es un hilo que se extiende a través del trabajo del ilustrador, sus composiciones cortadas por primeros planos de las formas de la naturaleza y las caras amigables con la redonda.
Laura utiliza la impresión de monotipo a base de agua para traducir ideas de “lugar, naturaleza y narraciones de parentesco”, lo que se suma a la sensación de nostalgia con marcas que imitan las pinceladas infantiles. Esto es parte de un enfoque de medios mixtos, desarrollado en los últimos años integrando elementos digitales. Ya sea analógico o digital, su fascinación está en el mundo natural: “Mi práctica está profundamente arraigada en la naturaleza y gira en torno a tomarse el tiempo para mirar y encontrar espacio para respirar”, reflexiona. “Espero que esto ofrezca momentos de conexión a cualquiera que se encuentre con mi trabajo”.








