La hepatitis C puede sentirse como una cadena perpetua, pero no tiene por qué serlo. Como ella describe en el video a continuación, cuando el defensor de Hep C, Amanda Rector, fue diagnosticada a los 25 años, estaba abrumada por el miedo, la vergüenza y la incertidumbre. Con el tiempo, aprendió que el conocimiento, la comunidad y la cuidada mejor podrían cambiarlo todo. Su viaje desde la adicción y el estigma hasta la curación y el empoderamiento es un testimonio de la fuerza de la resiliencia, así como la importancia de hacerse la prueba. Ya sea que esté navegando por un diagnóstico usted mismo o simplemente busque comprender mejor su realidad, la historia de Amanda es un recordatorio de que pase lo que pase, no está solo, hay esperanza y un futuro por delante.








