Para Anna OrtizLas tierras fronterizas son una rica fuente para la extraña. La artista mexicoamericana (anteriormente) se crió en Worcester, Massachusetts, pero visitó a su familia en Guadalajara a menudo. Allí, estaba inmersa en su paisaje ancestral y se presentó a la historia de su familia como artistas: su abuelo pintó retratos, mientras que su tía era una escultora profesional.
Estas experiencias formativas ofrecieron un contraste con su vida en el noreste y la relación dicotómica entre los dos continúa influyendo en su pensamiento y práctica hoy.
Para su próxima exposición individual en Mindy Salomon GalleryOrtiz evoca una frontera surrealista que suspende el tiempo. Inundado de paletas de colores saturadas de rosa, azul y verde, las pinturas en Profecía aquí y desaparecido Historias aztecas de referencia y cómo su influencia continúa dando forma al paisaje.
En el díptico “Al OTro Lado de Texcoco”, por ejemplo, un reluciente lago se asoma a través de densos grupos de cactus. Anidado en la base del volcán la Malinché, el cuerpo de agua saludó a los aztecas cuando se mudaron a lo que ahora se conoce como Ciudad de México. Cuando llegaron los españoles, drenaron el lago en un intento fallido de cultivar la tierra.
Ortiz le dice a Colossal que frecuentemente pinta pares como una forma de considerar destinos y caminos no cumplidos no elegidos. Los agaves gemelos aparecen en “Pareja”, mientras que “Tula” muestra un par de esculturas totémicas que parecen estar en guardia. Las mariposas planas adornan sus cofres, una referencia a las estatuas encontradas en la capital de los antepasados de los aztecas, los Toltecs. El artista de manera similar incorpora duplicación a través de los reflejos, ya que un majestuoso Jaguar se refleja en el primer plano acuático de varias pinturas.
La construcción del mundo y la oferta de un punto de entrada a las antiguas profecías es clave para este cuerpo de trabajo. Interesados en las formas en que la civilización y el paisaje interactúan y se forman unos a otros, Ortiz comparte que “la pérdida es un tema central … Una vez estuve muy cerca de mi herencia mexicana, y la perdí. Crecí fluido en español pero debido a la lucha familiar, perdí esa fluidez”.

Las pinturas de Ortiz honran a los pueblos y culturas antiguas que alguna vez ocuparon la tierra y presentan un universo alternativo en el que sus mitos y profecías tuvieron diferentes resultados. Vibrante y asombroso, las obras retratan las “vidas que no pudimos vivir pero (eso) sucedió sin nosotros”, agrega.
Profecía aquí y desaparecido está a la vista del 5 de abril al 10 de mayo en Miami. Encuentra más de Ortiz en su sitio web y Instagram.







