Revisar: 'Dark Nuns' ofrece poco para diferenciarse de las películas típicas de exorcismo, dependiendo de tropos familiares. El clásico de culto de William Friedkin 'The Exorcist' celebró recientemente su 50 aniversario y continúa definiendo el género, sin que la película realmente rompiera el marco que estableció. Un spin-off de la exitosa película coreana 'The Sacerdos', 'Dark Nuns' sigue un camino predecible, pero las fuertes actuaciones aseguran que los espectadores se inviertan en los eventos. La película profundiza en temas de sacrificio y resiliencia interna, agregando cierta profundidad a su narrativa convencional. Si bien no reinventa el género, ofrece suficiente tensión y atmósfera para mantener su atención.
La película sigue a Young Hee Joon (Moon Woo Jin), quien se posee por un espíritu maligno. El padre Paolo (Lee Jin Wook) cree que la intervención médica, en lugar del exorcismo, es el camino correcto para salvar al niño. Sin embargo, la hermana Junia (Song Hye Kyo), inquebrantable en su fe, está convencida de lo contrario. Decidida a realizar el ritual de exorcismo prohibido, alista a la reacia hermana Michaela (Jeon Yeo Been), una monja novata, que inicialmente duda de sus métodos. A medida que se desarrolla el exorcismo, enfrentan una serie de eventos aterradores y finalmente descubren un siniestro secreto enterrado dentro del convento. Lo que comienza como un intento desesperado de salvar a un niño pronto se convierte en una batalla escalofriante entre la fe, la duda y un mal antiguo.
Si bien la película logra entregar escalofríos, gran parte de su impacto proviene de su fabulosa cinematografía. El entorno oscuro y atmosférico y la arquitectura imponente crean un telón de fondo misterioso, confiando en la tensión en lugar de los sustos de salto tradicionales. El horror surge de su inquietante ambiente en lugar de choques repentinos. Sin embargo, lo que realmente eleva la película son las actuaciones excepcionales de la canción Hye Kyo y Jeon Yeo. Song Hye Kyo ofrece una representación dominante de la hermana Junia, una monja cuya inminente mortalidad la hace valiente. Ella desafía las representaciones convencionales fumar, maldecir y desafiar la autoridad, rompiendo los estereotipos asociados con las monjas en la pantalla. En contraste, la hermana de Jeon Yeo, Michaela es joven, vacilante y mucho más temerosa, proporcionando un contrapeso llamativo. Juntas, sus actuaciones anclan la película, por lo que es un reloj decente a pesar de su premisa familiar.
Si bien la trama no es innovadora, sí trae un nuevo giro al presentar dos monjas realizando un exorcismo juntos, algo poco común en el género. A diferencia de muchas películas de exorcismo, evita explorar sus conflictos interpersonales o sumergirse en la política de género (a la que la película da espacio). Los cineastas podrían haber creado fácilmente tensión entre los dos, pero en cambio, establecen su trabajo en equipo desde el principio. Sin embargo, más allá de este elemento único, la película no empuja los límites del horror. Pita un terreno familiar sin introducir nada verdaderamente novedoso. Si los cineastas hubieran desarrollado los personajes y agregaran una nueva perspectiva a la narrativa, podría haber sido una experiencia mucho más convincente.