El estrés sigue siendo un problema común y crónico en el Reino Unido, con un número sustancial de personas que sufren sus impactos en el día a día. Como muestran estudios recientes, la mayoría de los adultos informan que experimentan estrés al menos varias veces al mes, principalmente debido a las presiones del trabajo, las finanzas y las preocupaciones relacionadas con la salud. Aproximadamente, las personas estiman experimentar estrés más de diez veces al mes: un indicador de las interrupciones diarias que el estrés causa en la vida.
El estrés crónico no permanece confinado solo con la carga psicológica; También establece una serie de desafíos en salud física. La presión arterial alta, los problemas digestivos y la inmunidad debilitada son algunos de los problemas de salud asociados con los niveles elevados de cortisol, que son una respuesta natural del cuerpo al estrés. El estrés a largo plazo también puede fomentar la ansiedad y la depresión, mentalmente. Esto crea un bucle interminable, que puede ser prácticamente imposible de superar sin una intervención enfocada.
Como con la mayoría de las afecciones, el estrés se trata mejor con una combinación de enfoques dirigidos a elementos biológicos y psicológicos. Durante los últimos años, ha habido un creciente interés en el uso de cannabis medicinal como opción de tratamiento para los síntomas relacionados con el estrés y su aplicación en entornos clínicos profundiza aún más la investigación.
El sistema endocannabinoide y la regulación del estrés
La investigación sobre la reacción de estrés del cuerpo ha refinado el enfoque hacia el sistema endocannabinoide (ECS), también conocido como el sistema ECS del cuerpo. Consiste en receptores cannabinoides (CB1 y CB2), endocannabinoides y las enzimas que los modulan. Se sabe que este sistema ejerce una eficacia biosintética en múltiples funciones, como regular el estado de ánimo, los patrones de sueño e incluso la respuesta del cuerpo al estrés.
En casos de estrés agudo y crónico, ciertas partes del cerebro, la amígdala y el hipocampo en particular, interactúan a través de la CE. A medida que avanza esta interacción, se liberan cannabinoides endógenos para ayudar a amortiguar la respuesta al estrés. Estos endocannabinoides interactúan con el receptor CB1, donde inhiben la transmisión de señales de miedo, ansiedad y recuerdos especialmente emocionales.
Estas conexiones han llevado a los médicos a considerar si los cannabinoides de otras fuentes pueden ayudar a las personas cuyos EC no funcionan correctamente. En el Reino Unido, clínicas como Reino Unido están ofreciendo cannabis medicinal a pacientes con síntomas relacionados con el estrés después de evaluar si puede integrarse en un plan de tratamiento más holístico. Para estos pacientes, el clínicas de cannabis Operar en estrictos marcos médicos centrados en pacientes cuyas otras opciones de tratamiento han fallado.
Por lo general, el cannabis medicinal solo se considera después de que los enfoques tradicionales, como las rutas psicoterapéuticas o farmacológicas, se hayan intentado sin éxito. La aplicación del procedimiento de evaluación sigue siendo individualizada con el enfoque principal en la seguridad, la dosis y el monitoreo continuo.
Combinando el cannabis medicinal con otras técnicas de manejo del estrés
En términos de una visión integral, el cannabis medicinal es un tratamiento adjunto para el estrés y se usa de manera bastante sinérgica. Las terapias cognitivas, especialmente las arraigadas en la investigación empírica, continúan entre los avances que esperan mejor en espera. TCB Ayuda a aliviar el estrés, al menos en parte, al identificar y reformular los pensamientos automáticos negativos que combina el estrés.
Las terapias clínicas ahora se complementan con la atención plena y la meditación, que pueden ser igual de efectivas. Según la investigación, la práctica de atención plena sostenida reduce los niveles de cortisol y aumenta la resiliencia de estrés a largo plazo. También se ha demostrado que los ejercicios aeróbicos y otras formas de actividad física elevan el estado de ánimo, mejoran el sueño y ayudan al control neuroquímico del estrés.
Además de la dieta, la higiene del sueño también juega un papel importante en el manejo del estrés. No es ningún secreto que la mala calidad del sueño puede empeorar la ansiedad y la reactividad emocional. Además, la deficiencia nutricional o el desequilibrio puede afectar negativamente el estado de ánimo y la función cerebral. Los profesionales a menudo aconsejan que la consideración del cannabis medicinal debe combinarse con abordar estas alteraciones fundamentales del estilo de vida.
Los empleadores y otras instituciones están reconociendo las consecuencias del estrés no administrado. Algunos lugares de trabajo están implementando estrategias de bienestar con recursos de bienestar de personal dedicados, como licencia de salud mental, servicios terapéuticos y programas de bienestar personalizados. Estos cambios indican un cambio hacia estrategias de bienestar más proactivas en lugar de intervención reactiva.
En contextos médicos, el uso de cannabis para abordar el estrés típicamente tiene como objetivo restaurar el equilibrio en lugar de eliminar el estrés por completo. En combinación con las terapias y otros cambios en el estilo de vida, el cannabis medicinal puede ayudar en los casos en que otras precauciones no han podido proporcionar un alivio suficiente.
La integración del cannabis medicinal en los sistemas de atención médica regulados probablemente dependerá de un mayor desarrollo de la investigación, particularmente en torno a los resultados de los pacientes y los datos de seguridad a largo plazo. También será esencial rastrear todo el historial del paciente, incluida la precisión en dosis e interacciones con otros medicamentos.
Mirando hacia el futuro inmediato, puede haber más desarrollo de los marcos de control, que administrarán la aplicación segura y efectiva a medida que se recopilan los datos clínicos. En este momento, la principal preocupación en esta etapa es que cualquier acción que se tome para abordar el estrés debe integrar la biología, la psicología y su contexto social del individuo.








