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El consumo de alcohol y otros factores de estilo de vida pueden contribuir a la melasma

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Crédito de la imagen: © Duangjan – stock.adobe.com

Un nuevo estudio aborda las brechas en qué nuevos factores patógenos pueden estar vinculados con el melasma, específicamente con la dieta, los entornos vivos y otros factores de estilo de vida.1 Curiosamente, se descubrió que la ingesta de alcohol es un desencadenante potencial para el melasma. Estos y otros hallazgos difieren de las causas preestablecidas como la exposición al sol, los cambios hormonales e historia genética.2

El estudio de casos y controles tuvo lugar en el Hospital de Medicina China de la Provincia de Jiangsu de abril a octubre de 2023. La edad media de los 150 pacientes fue de 39.98 con el 96% de ellos siendo mujeres. Casi la mitad de los participantes tenían un tipo de piel de Fitzpatrick III con el resto de los pacientes clasificados como II o IV. Alrededor del 30% tenía antecedentes familiares de melasma, especialmente en parientes de primer grado. Después de analizar las lesiones faciales, el índice de gravedad del área de Melasma (MASI) mediana fue de 7.5. Los cigomáticos y las mejillas fueron las partes más comúnmente afectadas con una preferencia topográfica centrofacial irregular del 54.67%.

También se incluyó un grupo de control de 142 voluntarios sanos sin melasma en el estudio. Este grupo no tenía diferencias estadísticamente significativas en el índice de género, edad e masa corporal en comparación con la cohorte de casos. En ambos grupos, los investigadores analizaron las características demográficas y clínicas, así como los factores de riesgo y protectores.

Los análisis univariados y multivariados confirmaron además que las quemaduras solares previas o la exposición al sol ≥ 2 h/día (OR: 19.43, IC 95%: 4.72–79.99), así como un ciclo menstrual irregular (OR: 4.32, 95% de IC: 1.28 –14.50), pueden ser factores de riesgo clave para el melasma. Esto ya se ha encontrado en estudios anteriores.

Sin embargo, esta investigación es la primera en identificar una fuerte relación positiva entre la ingesta de alcohol y el melasma (OR: 20.05, IC 95%: 1.17–343.17). Esto podría deberse a la disfunción hepática asociada con el consumo de bebidas alcohólicas, pero se necesita más investigación para confirmar los mecanismos subyacentes.

El estudio encontró un nuevo desencadenante adicional en la hiperplasia quística mama, que es más común en las mujeres (OR: 15.98, IC 95%: 4.28–59.72). Esta condición está asociada con el estrés, los niveles de hormonas anormales y la historia genética, que son factores existentes en la ocurrencia melasma.3

Varias otras características se identificaron como potenciales reducciones para el riesgo de melasma, que incluyen el cambio de residencia (OR: 0.03, IC 95%: 0.00–0.30), renovación de la casa (OR: 0.13, IC 95%: 0.03-0.58) y suave Ingesta de bebidas (OR: 0.04, IC 95%: 0.00–0.83). La reubicación y la renovación en ciudades con áreas más saludables y menos contaminadas podrían ser la razón de esto. Además, los refrescos pueden contener vitamina C, que se ha demostrado que gestiona los trastornos pigmentarios como el melasma.

Otros hallazgos interesantes incluyen el uso de anticonceptivos orales (OR: 1.73, IC 95%: 1.00–2.98), un hábito de frotar la cara (OR: 1.70, 95% IC: 1.00–2.90) e insomnio (o: 1.88, 95% IC: 1.18–2.99), como otros desencadenantes potenciales para el melasma.

El estudio tiene varias limitaciones, incluida la falta de una población diversa y análisis detallados de subclase. El diseño retrospectivo también puede crear hallazgos contradictorios. Según los autores, estudios más grandes y multinúcleo con un análisis adicional “ayudarían a determinar si nuestros hallazgos se mantienen cierto en diferentes contextos demográficos y geográficos”.

Antes de esto, ha habido muy pocos estudios previos de control de casos epidemiológicos que han explorado cómo estos factores pueden conducir al inicio del melasma, especialmente en la población china subrepresentada.

“Estos hallazgos subrayan colectivamente la naturaleza multifactorial del melasma y la importancia de los factores sistémicos, ambientales y de estilo de vida en su desarrollo”, concluyeron los autores. “Abordar estos factores puede conducir a una mejoras estrategias preventivas y terapéuticas para esta afección”.

Referencias

1. Shi Y, Guo S, Tan C. Dieta y entorno de vida como nuevos factores etiológicos para el melasma: los resultados forman un estudio retrospectivo de casos y controles de 150 pacientes chinos. J Cosmat Dermatol. 2025; Dos: 10.1111/play.70038

2. Handel AC, Miot Ld, Miot Ha. Melasma: una revisión clínica y epidemiológica. Un bras dermatol. 2014; Dos: 10.1590/ABD1806-4841.20143063

3. Espósito MCC, Espósito ACC, Jorge MFS, D'Elia MPB, Miot Ha. Depresión, ansiedad y autoestima en mujeres con melasma facial: una encuesta basada en Internet en Brasil. Int j dermatol. 2021; Doi: 10.1111/ijd.15490

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