Desde “Adiós a las armas” hasta el personaje de dibujos animados Popeye el marinero, miles de obras artísticas pasarán a ser de dominio público en Estados Unidos el miércoles.
La ley estadounidense de derechos de autor expira después de 95 años para libros, películas y otras obras de arte, mientras que las grabaciones sonoras de 1924 también estarán libres de derechos de autor.
Al ingresar al dominio público, cualquier persona puede copiar, compartir, reproducir o adaptar las piezas sin pagarle al propietario de los derechos.
La cosecha de este año incluye figuras reconocidas internacionalmente como el personaje cómico Tintín, que debutó en un periódico belga en 1929, y Popeye el marinero, creado por la caricaturista Elzie Crisler Segar.
Cada diciembre, el Centro para el Estudio del Dominio Público publica una lista de las obras culturales que pierden sus derechos de autor en el nuevo año.
El centro, que forma parte de la Facultad de Derecho de la Universidad de Duke en el estado de Carolina del Norte, en el sureste de Estados Unidos, pone la lista a disposición de cualquiera en su sitio web para que pueda leerla detenidamente.
“En los últimos años hemos celebrado un elenco emocionante de personajes de dominio público: el Mickey Mouse y Winnie-the-Pooh originales, y las versiones finales de Sherlock Holmes de las historias de Arthur Conan Doyle”, escribió la directora del centro, Jennifer Jenkins, en su sitio web.
“En 2025, los derechos de autor expirarán sobre más aspectos de Mickey de sus encarnaciones de 1929, junto con las versiones iniciales de Popeye y Tintin”.
Entre las obras literarias que entrarán al dominio público estadounidense el 1 de enero se encuentran las novelas “El sonido y la furia” de William Faulkner, “Adiós a las armas” de Ernest Hemingway, “Una habitación propia” de Virginia Woolf y la primera novela inglesa Traducción de “Todo tranquilo en el frente occidental” del autor alemán Erich Maria Remarque.
Las películas que serán de dominio público incluyen “Chantaje”, dirigida por Alfred Hitchcock, y “The Black Watch”, la primera película sonora del director ganador del Oscar John Ford.
Las composiciones musicales publicadas en 1929, como “Bolero” del compositor francés Maurice Ravel y “An American in Paris” de George Gershwin, perderán sus derechos de autor, aunque sólo las grabaciones de 1924 o anteriores serán de dominio público.