El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha reiterado su postura sobre la ciudadanía de derecho de nacimiento, afirmando que originalmente estaba destinado a los hijos de esclavos y no para que “el mundo entero entre y se acumule en los Estados Unidos”. En su primer día en el cargo, Trump emitió una orden ejecutiva para finalizar esta práctica, que fue bloqueada inmediatamente por un tribunal federal en Seattle.
“La ciudadanía de los derechos de nacimiento era, si miras hacia atrás cuando se pasó y se hizo, eso estaba destinado a los hijos de los esclavos. Esto no estaba destinado a que todo el mundo entrara y se acumulara en los Estados Unidos de América ”, dijo a los periodistas de la Oficina Oval.
Llamándolo algo “muy bueno y noble”, Trump dijo: “Todos entran y personas totalmente no calificadas con hijos quizás no calificados. Esto no estaba destinado a eso … estoy a favor de ese 100 por ciento. Pero no estaba destinado a que todo el mundo ocupara los Estados Unidos … Creo que terminaremos ganando eso en la Corte Suprema. Creo que vamos a ganar ese caso. Espero ganarlo “.
Después de la orden ejecutiva de Trump, un juez federal de los Estados Unidos emitió una orden de restricción temporal, describiendo la medida como “descaradamente inconstitucional”. La decisión del juez John Coughenour se produjo rápidamente después de que varios estados liderados por demócrata, incluidos Washington, Arizona, Illinois y Oregon, presentaron demandas que impugnen la orden.
La Directiva tenía como objetivo excluir a los niños nacidos en los EE. UU. De la ciudadanía si ninguno de los padres es ciudadano estadounidense o residente legal permanente. Esta batalla legal subraya la naturaleza polémica de las políticas de inmigración de Trump, y los estados argumentan que la orden viola los derechos establecidos por la Constitución.
El paisaje legislativo que rodea este tema también ha visto un movimiento, con un grupo de senadores republicanos que introdujeron un proyecto de ley para restringir la ciudadanía de derecho de nacimiento a los niños de inmigrantes ilegales y no inmigrantes en visas temporales. Los senadores Lindsey Graham, Ted Cruz y Katie Britt, quien patrocinó el proyecto de ley, argumentan que la política actual es un factor de atracción significativo para la inmigración ilegal y una vulnerabilidad de seguridad nacional.
Estados Unidos sigue siendo uno de los únicos 33 países sin restricciones a la ciudadanía de derecho de nacimiento, un hecho a menudo destacado en los debates sobre la política de inmigración.
Las implicaciones de poner fin a la ciudadanía de derecho de nacimiento son vastas, con estimaciones que sugieren que la orden de Trump podría negar la ciudadanía a más de 150,000 niños nacidos en los Estados Unidos anualmente. El fiscal general de Massachusetts, Andrea Joy Campbell, ha criticado el movimiento, afirmando que Trump no tiene la autoridad para eliminar los derechos constitucionales.