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¿Cuál será la mayor amenaza para el mundo en 2025?

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El mundo se siente ahora mismo en un momento especialmente febril.

Los conflictos nos acercan, tal vez, a una guerra mundial. Acelerar el cambio climático y sus drásticos impactos en nuestro planeta y nuestras personas. El avance rápido y desenfrenado de la tecnología de inteligencia artificial.

Entonces, ¿cuál es la mayor amenaza que enfrentará el mundo en 2025? Semana de noticias Preguntó a los expertos en riesgo global sus opiniones. Esto es lo que nos dijeron.

Oliver Jones, líder de estrategia global de EY

La mayor amenaza global en 2025 es que habrá tantas amenazas consecuentes e interconectadas. Hay una larga lista.

Una guerra arancelaria global y una creciente competencia económica; elecciones en Francia y Alemania que pueden empoderar aún más a los partidos populistas; una inflación persistente por encima de la tendencia y un crecimiento global débil; tecnología no sincronizada y regulaciones de IA; intensificación de las tensiones entre Estados Unidos y China; empeoramiento de los conflictos en Ucrania y Medio Oriente, además de amenazas a largo plazo como el cambio climático y los impactos de la migración internacional.

Lo que empeora las cosas es que ninguno de estos son “cisnes negros”: cada uno es plausible y es más probable que muchas de estas amenazas se materialicen.

Las probabilidades de resultados benignos en todas estas amenazas son bajas, sobre todo porque están interconectadas de maneras que refuerzan los riesgos negativos.

El mundo ha capeado tormentas en el pasado; los gobiernos y las empresas necesitarán adoptar una visión holística y completa del panorama de riesgos para capear la tormenta perfecta de 2025.

Tina Fordham, fundadora y estratega geopolítica, Fordham Global Foresight

¿Has oído hablar del “negacionismo del cambio climático”? Conozca su próxima versión: Negacionismo del riesgo geopolítico. Ésta es la mentalidad que piensa que los riesgos geopolíticos son cosas que suceden en lugares lejanos.

En una época más escéptica y polarizada, la idea de que cualquier país, incluso uno tan rico y con un ejército tan poderoso como Estados Unidos, no se vea afectado por los acontecimientos globales no sólo es una falacia, sino un riesgo en sí mismo.

La inmensa mayoría de las personas en el mundo desarrollado han crecido en tiempos de paz y prosperidad, y pocos están directamente familiarizados con los conflictos o la agitación.

Esta falta de experiencia personal con el riesgo geopolítico puede llevar a subestimar a los adversarios y a invertir poco en preparación.

La geografía de Estados Unidos ha sido una enorme bendición, ya que ha ayudado a mantenerlo más a salvo de invasiones que otros estados que se encuentran en la encrucijada de imperios.

Pero la naturaleza de las amenazas del siglo XXI no quedará contenida únicamente en la geografía.
Mi consejo es que el azar favorece a la mente preparada (parafraseando a Louis Pasteur), y prepararse para la Nuevo superciclo de riesgo geopolítico.

Imagen de archivo. Hay muchas amenazas globales. ¿Pero cuál será el mayor en 2025? Newsweek preguntó a los expertos.

Kulpreya Chaichatpornsuk/iStock

Christian Mölling, director, Europa, Bertelsmann Stiftung

La mayor amenaza es creer que un solo tema puede abordarse de forma aislada sin desencadenar efectos en cascada sobre otros desafíos críticos.

Hoy nos enfrentamos a un panorama de riesgos profundamente interconectado, alimentado por la ignorancia, las políticas reactivas y la hipocresía, que amplifica las amenazas individuales hasta convertirlas en peligros sistémicos.

Un excelente ejemplo es la cooperación cada vez más profunda entre China, Rusia, Irán y Corea del Norte, a menudo denominada alianza CRINK.

El fracaso de Occidente a la hora de contrarrestar eficazmente la creciente influencia de estas naciones se debe a una priorización equivocada de las amenazas, lo que lleva a una acción insuficiente sobre riesgos esenciales.

Esta alianza en evolución crea un entorno de amenazas complejo e interactivo, que permite a estos actores explotar las vulnerabilidades occidentales, intensificar los dilemas estratégicos e imponer costos severos.

En 2025, el desafío no será un único adversario sino la sinergia de amenazas que exigen soluciones integrales, coordinadas y con visión de futuro.

Marco Vicenzino, asesor de estrategia global

En 2025, y más allá, el nuevo orden mundial cada vez más complejo, o más bien desorden, estará marcado por una creciente fragmentación entre y dentro de muchos países.

Aunque el Estado-nación sigue siendo el actor principal en el sistema multicéntrico, los actores no estatales perturbarán cada vez más los acontecimientos tanto en el ámbito virtual como en el físico, y en el intermedio.

Las autocracias revisionistas, encabezadas por China y Rusia, buscarán reemplazar el orden liberal establecido por el Occidente global democrático a través de medios más confrontativos.

El tercer polo, el Resto Global (más de 140 países a menudo denominados erróneamente Sur Global), complica aún más la ecuación de poder internacional con intereses contrapuestos y variados. A medida que avanza el siglo XXI, los acontecimientos cambiarán mucho más allá de las expectativas.

Sus miembros más pequeños se verán cada vez más obligados a elegir bando, pero los miembros más grandes, como India e Indonesia, tendrán más influencia para enfrentar a las potencias globales entre sí en aras de mayores intereses propios.

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